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Apoyar el destino de los estudiantes

Authors: Emily Coleman, superintendente de la Escuela de Texas para las personas ciegas y con discapacidad visual (TSBVI)

Abstract: La superintendente de la TSBVI describe cómo el libro El alquimista refleja sus emociones cuando toma decisiones difíciles para su hijo ciego y con discapacidades múltiples. También reflexiona sobre cómo los 11,000 estudiantes de Texas ciegos, sordociegos o con baja visión también se enfrentan a decisiones difíciles mientras persiguen sus destinos.

Este año volví a leer El alquimista de Paulo Coelho, que en resumen, es la historia de un joven pastor que sigue sus sueños y su corazón para realizar su destino personal. Tal y como yo lo interpreto, debe decidir constantemente si sigue adelante con sus sueños incluso cuando sería más fácil conformarse con la vida que ya tiene, que sería suficientemente buena.  

Cuando pienso en los 11,000 estudiantes a los que atiende la TSBVI en todo Texas que son ciegos, sordociegos o tienen baja visión, pienso en su capacidad de recuperación y en su empuje para perseguir sus sueños. Algunos viajan a nuestro campus en busca de su destino personal y otros permanecen en sus comunidades de origen. Cada opción conlleva riesgos y retos que los estudiantes deben superar, y el camino más fácil no siempre es el mejor.

 Cuando el pastor de El alquimista luchaba durante su viaje, su corazón a menudo le tiraba hacia la seguridad y la comodidad de una vida más sencilla, que tal vez le protegería de la decepción. Sin embargo, siguió avanzando, consciente de que el camino que había elegido no sería fácil, pero podría conducirle a la felicidad y el éxito finales. A medida que nuestros estudiantes toman lo que aprenden y un día se adentran en la vida adulta, también pueden enfrentarse a la decepción. Nuestro trabajo consiste en garantizar, tanto si asisten a la escuela aquí como en cualquier otro lugar de Texas, que durante su carrera educativa se les hayan enseñado habilidades para salir adelante y seguir persiguiendo sus sueños. 

 La visión de la TSBVI es que todos los estudiantes estén capacitados para llevar una vida productiva y plena, lo que significa que deben seguir sus sueños y también sus corazones. Si empoderamos a nuestros estudiantes para que alcancen su máximo potencial, ¿cómo se vería eso? Piense en las cosas que podemos hacer para apoyar el corazón y la mente de ellos. Las ideas que se me ocurren son prestar atención a sus fortalezas, dar un paso atrás y ofrecerles oportunidades para que sean independientes, y establecer relaciones positivas para que estén dispuestos a asumir riesgos y perseguir sus sueños sin importar lo que eso pueda parecer.

Mi hijo Eddie tiene 19 años, es ciego y tiene múltiples discapacidades. Dadas las singulares necesidades de aprendizaje de Eddie, a menudo me he centrado en su educación y programación. Ha estado en la TSBVI durante los últimos cuatro años y medio, y fue la primera vez en su vida que no me preocupó de que lo excluyeran de la programación educativa. No tenía que preocuparme de que lo malinterpretaran o no lo trataran con cariño y respeto incluso en sus días más difíciles. 

Sin embargo, este año va a volver a Austin ISD y asistirá a uno de sus programas de transición. Si se está preguntando por qué querría abrir la puerta a las preocupaciones de nuevo y estresarme por lo desconocido, si se está preguntando por qué aceptaría esta ansiedad… bueno, entonces suena igual que mi madre. Sabía que Eddie estaba seguro y feliz en la TSBVI, pero quizá sea necesario preocuparse un poco cuando el destino está en juego. 

Cuando el pastor se enfrentaba a los desafíos en El alquimista, su corazón hablaba de miedo. A veces le asustaba la idea de no encontrar el tesoro o de morir en su viaje. Casi podía convencerse a sí mismo de que ya tenía todo lo que quería en lugar de esforzarse por alcanzar sus sueños. Su guía espiritual le dijo: “Naturalmente tu corazón tiene miedo de que al perseguir tu sueño pierdas todo lo que tienes”. 

En la TSBVI sabemos que nuestros estudiantes no pueden asistir siempre a la misma escuela. Sabemos que independientemente de cuándo llegue el día, tendrán que probar algo nuevo. Esto también es cierto para Eddie, y llegó el momento de que se enfrente a otro reto, aunque a mí me aterrorice. Pero esta bueb, porque el personal de la TSBVI lo ha preparado para el siguiente paso y lo ha empoderado para que tenga éxito. Puede utilizar sus habilidades en un lugar nuevo, lo que supone un reto que acepta, aunque sea duro. El cambio no asusta a Eddie, solo me asusta a mí. Como decía El alquimista: “El miedo al sufrimiento es peor que el sufrimiento mismo”. Quién sabe, podría ser la mayor aventura de Eddie hasta la fecha.

Coelho, P. (1993). The Alchemist. HarperCollins.

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