Una retrospectiva con 20/20
Authors: Emily Coleman, madre y superintendente de la la Escuela para Ciegos e Impedidos Visuales de Texas (TSBVI)
Keywords: cambiar, colaborar, comunicación, planificación para el futuro
Mi hijo Eddie es ciego con discapacidades múltiples. Acaba de cumplir 18 años de edad. Así es, ¡18! ¿Cómo pasó esto? Cuando era pequeño, creía que su niñez duraría para siempre y que tendríamos todo el tiempo del mundo para formar y educar a este jovencito. Sin embargo, ya estamos aquí, en el verano antes de su último año de escuela preparatoria.
Como hacemos cuando nuestros hijos crecen, he estado recordando cuántas cosas yo pensaba que sabía. Recuerdo estar en una reunión hace doce años discutiendo con educadores sobre la importancia de la formación profesional y la planificación de la transición. Como una mamá que luchaba para lograr que su hijo fuera al baño solo, no podía siquiera concebir pensar en planificar el futuro antes que entrenarlo para el uso del aseo. Ahora me doy cuenta de que todo está conectado con el futuro de nuestros niños. Escuché que los principales obstáculos para conseguir empleo son el comportamiento, el transporte y la higiene personal. Ir al baño solo indudablemente parece ser una parte importante de la adultez ahora.
Cuando Eddie desarrollaba el habla y el lenguaje, todos hacían hincapié en la importancia de “por favor” y “gracias”. A mí no me importaban nada los modales. Les expresé a muchos equipos educativos que no quería ninguna meta lingüística que no fuera específicamente sobre deseos y necesidades. Eddie sí aprendió esas frases guionadas pero nunca las dijo de manera espontánea. Solo recientemente las adoptó. Ahora, cuando hace un una petición y respondemos, recibimos un “gracias” entusiástico y cariñoso. Realmente nos alegra el día. ¿Quién hubiera dicho que esa forma afectuosa es importante? Ahora parece crucial apoyar su desarrollo de las relaciones con los demás.
Con mi mejor amiga siempre nos reímos sobre cuántas palabras nos “comimos” después del nacimiento de nuestros hijos. Nunca les íbamos a dar chupones… y lo hicimos. Nunca los íbamos a dejar maratonear en Netflix… y lo hicieron. Siempre nos íbamos a asegurar de que nuestros hijos hicieran sus quehaceres… y a menudo no los hicieron. Esto también es completamente cierto cuando crías niños ciegos.
Cuando meditemos sobre el futuro de todos nuestros niños, permitámonos escuchar la opinión de otras personas, estar en desacuerdo a veces y cambiar de opinión después según sea necesario. Soy apasionada para tomar decisiones y algunas veces eso requiere de un giro. Debemos ser fuertes defensores de nuestros hijos, y eso quizá no significa que estemos 100% en lo correcto. Afortunadamente, significa que los amamos al 100% y nunca hay nada de erróneo en eso.